Con gran naturalidad y frescura nos recibió Karina en su atelier en la zona del faro de Punta del Este, apenas entramos los pájaros y el color de su arte nos llenó de vitalidad. Esta artista salteña es una viajera nata, comprometida con el medio ambiente, la comunidad y con llevar los pájaros del Uruguay a conocer el mundo. ¡Te invitamos a conocerla!
¿Cómo nació tu vocación?
Desde muy chica tengo la necesidad de comunicarme a través del dibujo y del color, así pude comprobar que a través del arte decía más cosas que con la palabra. Incluso, con ayuda de mis padres que siempre me fomentaron, hice con dibujos mis primeras cartas a los Reyes Magos.
¿Cómo siguió tu vida?
Me tocó irme muy joven del país y sentí la necesidad de visualizar todo lo que dejé acá; las flores, los bodegones… De todos modos me encanta llegar a un lugar y conectarme con gente vinculada al arte, olvidarme de todo lo aprendido y conocer nuevas técnicas. Viví en lugares muy diferentes a nuestra cultura, como en Estambul y tuve la oportunidad de estudiar sus artes plásticas. Ellos plasman sobre sus alfombras símbolos con connotaciones espirituales y las mujeres las tejen en sus casas con el objetivo de proteger a sus hijos. Después me tocó vivir en San Martín de los Andes, en el sur de la Argentina en donde nació mi hija, ahí pude conectarme con el pueblo aborígen de los mapuches y constatar que ellos también ponen distintos significados en sus tejidos. Dos culturas tan distantes y tan iguales en sus representaciones… Creo que hay cosas que salen desde el alma y hay una conexión transparente que va más allá de las distancias, cosas que se conectan con la necesidad de venerar a la mujer y a su Dios. Estudiar esto me abrió muchas puertas y fui buscando en los lugares en los que estuve cómo se expresaban los diferentes pueblos.
¿Qué representan tus pájaros?
Desde hace un tiempo siento que los pájaros transmiten esa seguridad que les da sus alas, no en la rama donde se posan, sino en confiar en sus propias alas. Encontré que ahí había un mensaje oculto a descubrir: que apostemos a creer en nuestras propias fuerzas y no en los soportes externos, creer en uno mismo, en nuestra fuerza interior. Con los pájaros me conecto muchísimo y amo recrearlos. Si bien los respeto y me guío con biólogos y libros de pájaros del Uruguay, luego me permito la licencia artística de pintarlos a mí manera. Una de las cosas que más me gusta es llevarlos a recorrer el mundo. El churrinche, el tero, el cardenal, junto con nuestras flores autóctonas.
¿Por dónde han estado?
En el 2019 en Barcelona, en Valencia y el año pasado no pude viajar por la pandemia, pero estuvieron expuestos en Lisboa en varios lugares, invitados por la casa de América Latina, por la Embajada Uruguaya en Portugal. Todo esto gracias a mi Curadora de Arte Internacional: la Dra. Fernanda Couto, Directora de galerías de Arte en Punta del Este, Sao Paulo y Oporto en Portugal. El próximo 4 de agosto inauguramos una nueva exposición en Lisboa, que por fortuna también se extendió para este año. La idea es complementar la muestra con talleres y pintar con quien desee compartir la experiencia y llevarse este mensaje de la fuerza interior.
¿Cuál es tu material preferido para pintar?
Siempre hay óleo en mi mesa de trabajo. Como viví años en Italia, me fascinaban los frescos de las iglesias, me encanta su suntuosidad. Me gusta mucho que me espere el lienzo y que yo vuelva a ponerle algo, ese juego, esa interacción entre el lienzo y los pinceles es casi como una experiencia religiosa para mí.
Veo que algunos lienzos tienen texturas
Sí, mi otra pasión es el upcycling, que es todo aquello que cumplió su función y que muchas personas pueden considerar como basura, lo recupero y le doy otra oportunidad. He pegado lienzos de obras que ya no sirven para hacer una nueva. Creo que hay mucho juego y complicidad entre el rescatar los materiales para que vuelvan a brillar y los pájaros que con su presencia están de acuerdo que es posible un mundo mejor a través del arte.
¿Has hecho alguna otra acción de upcycling?
Sí, con un grupo de personas hacemos salidas a limpiar las playas y la idea es volcar esa basura en una obra de arte colectiva, que den ganas de mirarla y le den otra oportunidad esos materiales que están ensuciando y lastimando a los pájaros y animales marinos. Por ejemplo, una sola colilla de cigarrillo ensucia 150 metros de agua, crear conciencia a través del arte me parece que es una tarea que me define y me gusta contagiar -¡en el buen sentido!- a que los demás también se comprometan por un mundo mejor.
¿Cómo ha sido tu proceso de aprendizaje?
Desde niña me encanta aprender con mis maestros, siempre voy a taller con gente que admiro como se expresa. Me gusta tener una devolución y pintar en grupo, siempre buscando el crecimiento en lo que hago. También disfruto de los grupos de estudio, como el de arte contemporáneo al que actualmente voy.
¿Tienes una rutina de trabajo?
Si no pinto me siento mal, así que en donde vivo me armo mi taller, en el que soy la reina absoluta. Allí está todo mi orden y mi caos. Me gusta tener un contacto diario con la pintura, muy temprano a la mañana, amo el amanecer y el aroma de los óleos. A veces incluso me puedo llegar a levantar de madrugada para pintar, por eso es que necesito estar en donde no haya horarios, si yo estoy conectada con eso soy feliz. Espero que el día que me tenga que ir me agarre con un pincel en la mano.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Por ejemplo, para la muestra en Lisboa estoy haciendo pájaros, pero con un guiño hacia su cultura, relacionándolos con los azulejos y sus mosaicos, que son tan tradicionales en Portugal. Este proceso me dispara ganas de homenajear al país que me recibe, ir con algo desde mi corazón, estoy feliz investigando muchísimo en libros y en fotos para poder plasmarlo en los cuadros.
¿Qué te gusta transmitir en tu obra?
Me gusta pintar para que puedas ir descubriendo, que las personas hagan propia la obra y que se encuentren a sí mismos a través de ella. Cuando existe esa interacción, solo ahí se completa la obra, ahí siento que cumplí.
¿Qué es el arte para tí?
Es el milagro de la vida, la creatividad de la creación es la vida para mí. El arte es vivir cada día, es la posibilidad de expresarme y poder comunicarme a través de él.
¿Qué satisfacciones te ha dado el oficio?
Muchísimas, de las más importantes fue haber pintado en Salto con cerca de 700 niños sus escuelas de tiempo completo. Fue maravilloso. Después pintamos el Hospital Regional durante 2 años, no solo con los niños sino que con familias enteras. Después seguimos con hogares de ancianos, también pintando con las personas que viven ahí. Es muy importante permitir que las personas se expresen y que pongan su huella artística y sentirse parte de su comunidad… Después pasan los años y esas personas vuelven y llevan a sus hijos a ver lo que pintaron y se sienten orgullosos del lugar o de la escuela adonde fueron. Para mí eso tiene muchísimo valor. También soy madrina de asociaciones de jóvenes con capacidades diferentes y realmente me emociona que se puedan expresar, dejar plasmada una obra y que se respete lo que ellos pusieron en el papel. Esto hace a la autoestima, que es muy importante para sentirse bien. Todo esto se puede lograr a través del arte y mi vida está llena de cosas lindas que pasaron junto a personas con las que nos vinculamos a partir del él.
Tienes alguna anécdota para contarnos de tu trabajo
Sí, un médico amigo me preguntó si le podía hacer un cuadrito para la sala de nacer del hospital público de Salto, y la verdad fue tan divino que me diera esa oportunidad de estar presente cuando las mujeres van a dar una nueva vida, que le pinte 9 metros de paisaje azul, muy suave, como si fuera la playa muy relajante. Y me ha pasado que me manden la foto del bebé, diciéndome que nació con mis colores, que les dí coraje o que le van a poner mi nombre. Esas cosas no tienen precio, es lo que el arte me va dejando en el transcurso de la vida y tiene un valor que nadie podría pagar.
¿Qué le podrías recomendar a los artistas que están arrancando?
Que sean fieles a sí mismos, que traten de encontrar su propio lenguaje y que no tengan vergüenza en mostrarse. Van a encontrar muchos escollos, pero sigan rodando con su historia, tejiéndola diariamente. El arte puede salvar al mundo y puede salvar tu propia vida, poniendo colores, haciendo una alquimia entre los grises y el color. Todos tenemos alas y un vuelo para hacer, ¡que no te importe lo que diga el resto del mundo, sé tú mismo!
¿Cuáles son tus aspiraciones a futuro?
Vivo el aquí y el ahora, no reniego de lo que pasó y tengo lindos recuerdos, rescató las cosas bellas que tienen que ver con el arte, la creatividad y el amor. Soy feliz hoy y trato de serlo a pesar de todo, de estar siempre presente deseando que todos tengamos armonía, que no haya tantos conflictos bélicos -de los cuales me tocó vivir dos muy feos, las malvinas y en Turquía la Guerra del Golfo-, quiero paz para el mundo y que el arte siempre me acompañe. Soy arquitecta de mi destino, lo que hago hoy se va a ver reflejado mañana, por eso no me preocupo mucho por el mañana, prefiero ocuparme del hoy y ponerme los mejores colores para colaborar con un mundo mejor. ♦
Para comunicarse con Karina Carrara:
Tel. 099 817 143 / IG: @ateliercarrara
Leticia
13 abril, 2022 a 02:53Maravilloso leer una artista tan completa y comprometida como Karina
Una grosa con todas las letras
Adelante!!! Un orgullo de nuestro país ❤️❤️❤️
Christine von Bonstetten
17 abril, 2022 a 13:52Querida Amiga ,
He leído tu artículo y me pareció muy bueno !
Se lo pasaré a unos grupos de amigas extranjeras y otro grupo de decoradores !! Seguro les va a encantar !!!
Decime en unos meses si surgió novedades !
Abrazo 🥰
Sofi
17 abril, 2022 a 14:19Muy original, alegre y con su alegría interior que traspasa